miércoles, 6 de mayo de 2015

«Sin colgar de la brocha».



A propósito de la puntillita y la cañandonga, bailes autóctonos de Maisí.

La puntillita y la cañandonga son bailes originarios de El Pomo, La Tinta, localidad situada al suroeste del municipio de Maisí. La Tinta, por ser una de las comunidades más apartadas de la provincia cubana de Guantánamo, pareciera nacer también con los más ricos arsenales de costumbres y tradiciones.

Según tradición oral, los nativos del barrio bailaban en parejas al compás del 3x4. Los mismos simulaban tener una puntilla en la parte trasera del pie, la cual les impedía fijar el talón en el suelo mientras danzaban. Por eso el nombre de la puntillita, baile que hacían preferentemente durante las reuniones de barrio. 
(EN VÍDEO)


La cañandonga era un baile de mucha similitud a la puntillita. Movimientos al compás del 3x4,  con la guitarra, clave, marimba, tumbadora… y el tres como principal instrumento musical, a diferencia de que se danzaba alrededor de una fogata.

A mi juicio, dichos bailes han sido víctimas del proceso de cambio y transculturización sufrido desde décadas. Lo dicho se sustenta en la influencia de  ritmos y bailes tanto cubanos como foráneos, sobre todo, por el predominio hasta hace un tiempo atrás y en buena parte de nuestro espectro radial y televisivo de estaciones dominicanas. En concreto, el contagio con ritmos dominicanos, tales como la bachata y el merengue, las han marginado hacia un segundo plano.

La puntillita y la cañandonga pasaron casi al olvido, evocados tan solo en algunos espacios públicos; en actos patrióticos y culturales, por ejemplo. Sin embargo, la Dirección de Cultura en el municipio se proyecta por rescatar estos pasajes autóctonos de nuestra cubanía, responsabilidad que recae sobre todo en la Brigada de Instructores de Arte.
Es casi obligado que cada promotora o promotor cultural incluya la práctica de dichas manifestaciones dentro de su repertorio danzario; pero, ¿hasta dónde dicha medida puede resultar efectiva?

Otra de las causas de la notable desaparición está dada por la migración de muchos de los nativos en busca de mejoras de vida. Dicho así se infiere la existencia de una ruptura en cuanto al tránsito entre generaciones.

La puntillita y la cañandonga se la ingenian por emerger como ave Fénix ante los emporios culturales impuestos casi de por vida. A la lucha por su reivindicación, debe circunscribirse no solo al Sector de Cultura y a la Brigada de Instructores de Arte José Martí, incumbe también a otros factores, dígase a las principales autoridades del municipio.

El propósito sería conservar y promover dichas tradiciones oriundas de la cultura maisiense. Para ello ha de convocarse a la realización de fiestas, crear peñas, espacios de participación y generar un calendario de actuaciones, devenida oportunidades para jóvenes talentos. 

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